En el corazón de Miraflores, rodeado de historia, arte y vida cosmopolita, nace una propuesta que transforma la forma de entender la comida peruana. Guargüero no es solo un restaurante en Lima, es una experiencia que combina memoria, creatividad y sabor en cada plato. Con una cocina que honra nuestras raíces pero las proyecta hacia el futuro, Guargüero se ha consolidado como un referente de la gastronomía peruana de alto nivel.
¿Qué nos hace únicos? La respuesta está en el equilibrio entre la tradición y la reinvención.
Un homenaje a los sabores del Perú
Guargüero nace con una visión clara: representar lo mejor de la cocina criolla y llevarla a una dimensión gourmet. Nuestra especialidad es la comida criolla fusión, donde ingredientes milenarios, técnicas ancestrales y productos de las tres regiones del país (costa, sierra y selva) se encuentran con una propuesta moderna, cuidada y con estándares internacionales.
Aquí, la carta peruana no solo incluye los clásicos como el lomo saltado, el ají de gallina o el ceviche, sino que los transforma en verdaderas obras de arte. Platos conocidos se reinventan sin perder su alma, dando como resultado una cocina que emociona, que cuenta historias y que respeta profundamente la identidad peruana.
Cocina costa, sierra y selva en un solo lugar
Lo que realmente diferencia a Guargüero es nuestra apuesta por integrar los tres territorios del Perú en cada propuesta. No se trata de incluir ingredientes de distintas regiones solo por variedad, sino de construir una narrativa que celebre la biodiversidad y riqueza cultural del país.
Nuestro lomo saltado, por ejemplo, es preparado con bife Angus y acompañado de gnocchis de papa amarilla, mientras que el ceviche puede venir maridado con ajíes amazónicos y espuma de camote. No solo es comida peruana en Miraflores, es el Perú entero en tu mesa.
Postres que cuentan una historia
Uno de nuestros mayores orgullos es el dulce que le da nombre al restaurante: el guargüero. Este postre de origen virreinal, elaborado con masa fina frita y rellena de manjar blanco, es reinterpretado aquí en versiones sofisticadas que incluyen lúcuma, café, y mousse de cítricos.
Nuestros postres peruanos no son solo el final del almuerzo o la cena: son experiencias en sí mismos. Desde la presentación hasta los contrastes de sabor, buscamos emocionar tanto al visitante extranjero como al comensal peruano que reconoce en ellos parte de su historia.
Mucho más que un restaurante
Guargüero es también un restaurante con lounge. Contamos con una barra diseñada para disfrutar de los mejores cocteles peruanos: desde el clásico pisco sour hasta creaciones exclusivas con frutos amazónicos y macerados artesanales. Es el lugar ideal para un after office en Miraflores o una salida elegante con amigos o en pareja.
Además, pensando en la comodidad de nuestros visitantes, ofrecemos uno de los pocos restaurantes con estacionamiento en la zona, con servicio de valet parking y espacios amplios. Porque la experiencia comienza desde que llegas.
Espacios para cada momento
Nuestro diseño arquitectónico y de interiores ha sido pensado para crear atmósferas distintas según la ocasión. Tenemos salones privados, terraza, áreas lounge y un comedor principal sobrio pero vibrante. Ya sea que busques un restaurante para almorzar, celebrar una fecha especial o sorprender en una cena de negocios, Guargüero es el lugar perfecto.
Una experiencia imperdible en Lima
Son muchos los que buscan la mejor comida peruana en Lima, y quienes nos visitan entienden por qué Guargüero figura entre los mejores. Somos más que un restaurante en Miraflores: somos una celebración de la identidad peruana. Nuestra propuesta está pensada para quienes aman la cocina peruana, pero también para quienes están dispuestos a descubrirla desde una nueva perspectiva.
En Guargüero creemos que la tradición no es estática. La reinventamos cada día en la cocina, la barra y el servicio. Somos pasado, presente y futuro de los sabores peruanos.
¿Quieres probar lo mejor de la comida peruana con un toque de innovación? Guargüero te espera. Porque la tradición también puede ser sorprendente.